La ruta del Quijote.. a mi manera - Parte I



En este verano atípico en el que nos hemos visto obligados a bajar el ritmo y no hacer planes, unas vacaciones relajadas por el pueblo es la mejor opción. Quien me conoce sabe que adoro mi pueblo, mis molinos. Es allí donde vuelvo para que el abrego o el solano me pongan en mi lugar. 

Aprovechando que nuestro 10º aniversario fue en julio y no pudimos celebrarlo, un fin de semana en el pueblo fue la excusa perfecta para conocer un poco más Castilla- La Mancha. En esta primera parte de nuestra particular Ruta del Quijote visitamos Mota del Cuervo y Belmonte.

Primero, buscamos una alojamiento. No queríamos irnos muy lejos debido a la situación actual (bendito COVID-19) y conocí Casa el Bálsamo a través de una amiga del pueblo. Cuando la vi en la web, no dude en reservar una habitación. Nosotros solemos celebrar nuestro aniversario en otoño con algún viaje pero, este año, optamos por algo más cercano y acertamos de pleno.

La casa se encuentra en Belmonte, a unos 36 km de mi pueblo. De camino, decidimos parar en Mota del Cuervo. Antes de visitar sus molinos, nos acercamos al Complejo Lagunar de Manjavacas, a unos 6km de Mota del Cuervo. El invierno es la mejor época del año para contemplarlas lagunas en su máximo esplendor pero ver las lagunas secas, con su vegetación  sus colores, su silencio... fue increíble.  






Desde ahí pusimos rumbo a la Mota. Yo soy muy de mis molinos pero "El balcón de la Mancha" como se llama al lugar donde están, me sorprendió mucho. Hay 7 molinos en total, uno de ellos conocido como el zurdo porque gira al contrario que el resto. La zona tiene un amplio parking y caminos que comunican los molinos entre sí. Las vistas de la meseta son geniales. Estuvimos por la mañana pero no descarto hacer otra visita en busca del atardecer manchego.






Desde la Mota hasta Belmonte hay 16 kms. Una vez allí, nos dirigimos directamente a nuestro alojamiento. Y qué decir, que no nos defraudo para nada. La casa, mirará a donde mirará, era exquisita. Su distribución, su decoración, la luz,... sin palabras. cada rincón que iba descubriendo era más espectacular que el anterior. 

Pero lo que la hace realmente es especial es su Cueva termal con una piscina climatizada excavada en la roca. Otra zona especial es la Cueva alacena sobre todo, porque me recuerda a las cuevas que tiene mi abuela en su casa y que son típicas de la zona alta de mi pueblo.







































Belmonte es un pueblo pequeño pero muy rico en cuanto a historia. Tiene un centro de calles llenas de casas de grandes pórticos, colegiata, alcazar/palacio, muralla y la joya, su castillo gótico-mudejar. Nosotros solo subimos a ver los exteriores al atardecer porque preferimos volver con los niños y hacer una visita más amplia incluyendo la exposición que tiene de maquinas de guerra medievales. La zona tambien esta muy bien porque dispone de aparcamiento y las vistas son preciosas. De camino al Castillo encuentras sus molinos. 






Espectacular ¿verdad? Nuestra próxima parada será Álcazar de San Juan, Herencia y Consuegra.



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